martes, 11 de mayo de 2010

Y si te vas… si te vas algún día mío

Morderé la carne de mis sueños y me implosionaré

Viajare hasta Atahualpa, hasta san Jacinto y hacia
El lugar de la miel más dulce,

Dejando trozos diminutos de Este amor por ti.

Me arrancare la belleza y la venderé por ahí

Caminare por Neptuno y por Plutón regalando besos

Volveré a abrazar arboles y a hablar con animales.

Si te vas hombre con alas!

Dejaré las mías en algún lugar y entonces, solo entonces
Comenzare a tejer mi capullo, para hibernar las horas necesarias
En el duelo de tu ausencia.

Sentenciare mi muerte a el invierno más próximo
Y delicadamente bajo un hilo de seda roja

Partiré a morir en Nabarambuco…

allá donde te conocí.


Rach